Reflexión sobre el amor romántico

El amor romántico es uno de los temas que más nos abre los ojos frente a las desigualdades del patriarcado. Un día, hace años, un hombre me dijo “a las mujeres les dura el feminismo hasta que se enamoran”. Me molesté, pero empecé a desmenuzar mis propias relaciones de pareja, mis vínculos “amorosos”, mis creencias sobre el amor y mis contradicciones. ¡Claro! entendí que el amor romántico es una de las construcciones sociales que más ejercen control sobre la vida y los cuerpos de las mujeres, pero ¿cómo actúa?

Revisemos una definición de amor romántico de diccionario (para esto usé el diccionario actual), nos dice los siguiente:

“El amor romántico es un lazo sentimental que una persona tiene hacia otra, en el cual la relación se basa en una imagen que nosotros mismos hemos creado sobre la persona que amamos. Este tipo de amor llena vacíos emocionales y puede cubrir algunas carencias afectivas.”

La anterior definición propone que las personas estamos llenas de vacíos y carencias afectivas, respondiendo al mito de la media naranja. Es decir, se propone que las personas somos o estamos incompletas y necesitamos del otro para poder sentirnos plenas. Estas definiciones solo nos llevan a vínculos co-dependientes ya que se nos hace creer que estando sin pareja no podemos llenar esos supuestos vacíos.

Coral Herrera (2011), escritora feminista, compañera de varios trabajos y una mujer admirable, nos dice sobre el amor romántico que:

“Esta idea se gestó en los orígenes de nuestra cultura occidental. En la cosmogonía griega, Zeus y Hera son un matrimonio típico. El objetivo de él es ponerle los cuernos a su mujer; y el de ella es evitarlo, vigilar a su esposo y castigarlo cuando es infiel. así se pasan miles de años, entretenidos en una lucha de poder absurda, jugando al gato y al ratón, haciéndole rabiar y tratando de imponerse al otro a toda costa”.

Coral Herrera (2011),

El análisis hecho por Coral Herrera es fundamental ya que para comprender el concepto que tenemos hoy del “amor” se basa en mitologías donde un dios toma por la fuerza a hera (diosa griega) y la somete para que ella se case con él. así consolidan una relación de pareja en la que pasan 300 años de luna de miel y un consecuente matrimonio lleno de infidelidades, odios, reclamos. Esto es lo que nos han dicho que es el amor, un vínculo lleno de reclamos, celos, mentiras, traiciones…

Yo defino el “amor romántico” como una construcción social de la idea del amor donde, a partir de los mandatos de los roles de género, se establece una relación de desigualdad entre hombres y mujeres. Esta construcción llena de mitos y estereotipos ha confundido a las mujeres por siglos, dejándonos en un lugar de sometimiento y renuncia permanente en los diferentes planos de la vida. Sin embargo, como bien apunta sharo rosales en varias de sus conferencias, la enorme ventaja es que las construcciones sociales las podemos cambiar, resignificar, reinterpretar.

Alrededor del amor romántico se construyeron una serie de mitos para sostener este concepto. Los mitos se han fundamentado en interpretaciones malintencionadas de la biblia, lecturas del comportamiento humano desde una mirada machista y patriarcal, modelos educativos conservadores. voy a exponer aquí algunos de los mitos del amor romántico que me parecen peligrosos y sobre los cuales debemos estar alertas para “¡salir corriendo!”

  1. Mito de la media naranja: sobre este mito se construye la idea de que las personas vivimos de forma incompleta si no tenemos pareja. Es un mito que se presenta como un mandato sobre las mujeres como si las que no “consiguen” pareja estuvieran defectuosas. Estas bases de la co-dependencia actúan en las mujeres con tal presión que terminan aceptando y sosteniendo cualquier compañía, aunque no sea positiva, con tal de no estar solas.
  2. Mito de los celos: este mito es, además, la base de la justificación de la violencia en las relaciones de pareja. Se parte del supuesto de que cuando se ama no se tolera el no poseer a la otra persona. Por lo tanto, si una persona es mía no puede ser de nadie más que yo no apruebe. Este suelo de violencia y control es muy peligroso ya que, incluso, pone en peligro la vida de las mujeres. lo que hoy entendemos cómo femicidio, antes era llamado “crimen pasional” o, peor aún, “crimen de amor” justificando la violencia machista.
  3. Mito de la exclusividad: cada relación de pareja o de amor se debe construir bajo el acuerdo de ambas partes. La exclusividad no se ajusta a todas las relaciones. Aquí es fundamental entender que el “contrato amoroso” que se establece entre las partes, se cumpla. No todas las personas pueden aceptar relaciones no exclusivas por lo que no se les debe obligar o someter a un sufrimiento que no quieran vivir. La honestidad, en este criterio, es la base de un vínculo sano. debemos ser honestas/os con nosotras mismas/os antes de comprometernos con algo que no tendremos capacidad de sostener en el mediano o largo plazo.
  4. Mito de los polos opuestos: tengo mucho qué decir sobre este mito. las relaciones amorosas deben complementarse, no estar en oposición. lo cierto es que, a mayor afinidad entre las personas, más posibilidades de construir un vínculo sano y duradero. Los polos opuestos, cuando no tienen la intención de complementarse, se quedan enganchados en discusiones y peleas que dañan la relación y a las personas individualmente.

Podemos encontrar, al menos, 6 mitos más del amor romántico que se alimentan uno del otro. Lo importante es reconocer cuáles nos han hecho sufrir sin permitirnos vivir relaciones sanas, de goce y crecimiento personal. Marcela Lagarde, en su libro “10 claves feministas para la negociación en el amor”, nos propone pensar en nuestra propia filosofía del amor. Cada persona tiene su propia filosofía y debe ser coherente con su Quintaesencia.

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